
28 de mayo de 2025
¿Por qué no confiar en traductores automáticos para textos legales?
En un mundo donde la inteligencia artificial y las aplicaciones de traducción están al alcance de todos, es común preguntarse si realmente vale la pena contratar a un traductor humano, especialmente en el ámbito legal. Aunque herramientas como Google Translate o DeepL han mejorado notablemente, los textos jurídicos siguen siendo un terreno donde la traducción automática puede resultar peligrosa.
1. El lenguaje jurídico no es como cualquier otro
La traducción jurídica no se trata solo de traducir palabras, sino de interpretar conceptos legales que muchas veces carecen de equivalentes exactos entre diferentes sistemas jurídicos. Por ejemplo:
- En inglés, el término “trust” no tiene un equivalente directo en el derecho civil hispanoamericano.
- En español, una “resolución” puede ser judicial, administrativa o ministerial, y no todas se traducen como “ruling” o “decision”.
Un traductor automático difícilmente hará esa distinción, mientras que un traductor jurídico profesional considera el contexto legal, el sistema jurídico del origen y del destino, y la intención del texto.
2. Riesgos legales de una mala traducción
Una traducción incorrecta en un contrato, sentencia o documento aduanero puede tener consecuencias legales graves, como:
- Pérdida de validez jurídica de un documento.
- Confusión contractual, lo que puede generar disputas, multas o litigios.
- Rechazo de documentos por parte de tribunales, notarios o instituciones gubernamentales.
Ejemplo: Una cláusula de exención de responsabilidad traducida incorrectamente podría dejar expuesta a una empresa ante una demanda que creía haber evitado.
3. La IA no comprende la intención ni la responsabilidad legal
La inteligencia artificial no asume responsabilidad por errores ni comprende el contexto. Un traductor humano sí lo hace. Además, el traductor profesional aplica principios como:
- Coherencia terminológica.
- Confidencialidad.
- Ética profesional.
- Comprensión de consecuencias legales.
4. ¿Son útiles los traductores automáticos en el ámbito jurídico?
Sí, por supuesto que sí, pero como herramientas de apoyo, por ejemplo para obtener un entendimiento general de un documento, para traducir borradores internos o primeras versiones. Pero no deben usarse como traducción final en ningún documento oficial o legal. Es importante recalcar la importancia del traductor como editor de todo tipo de traducción que realice un traductor automático o IA.
Conclusión
La traducción automática es rápida y económica, pero en el ámbito jurídico, la precisión, la responsabilidad profesional y el conocimiento legal no se pueden reemplazar.
¿Te gusta la inteligencia artificial? Entonces prepárate para próximas entradas del blog, ya que entraremos más en detalle en cuanto a inteligencia artificial, un tema que me fascina (también soy informática). La inteligencia artificial es una poderosa herramienta. Sin embargo, hay que saberla usar con responsabilidad y conocimiento.