
19 de mayo de 2025
¿Es necesario ser abogado para dedicarse a la traducción jurídica?
Debido a la naturaleza técnica y sensible de los documentos legales, es común que surja una pregunta entre quienes se interesan por esta especialidad: ¿Es necesario ser abogado para traducir textos jurídicos?
No, no es obligatorio ser abogado, pero sí es imprescindible tener formación especializada
Legalmente, en la mayoría de los países no se exige ser abogado para trabajar como traductor jurídico. Sin embargo, sí es fundamental contar con conocimientos de derecho, tanto del sistema legal del idioma origen como del idioma meta. La traducción jurídica no consiste simplemente en traducir palabras, sino en interpretar conceptos legales que muchas veces no tienen equivalentes exactos entre distintos sistemas jurídicos.
¿Qué se espera de un traductor jurídico competente?
Un traductor jurídico profesional debe tener:
- Conocimiento del lenguaje técnico y formal propio del derecho.
- Capacidad para investigar legislación, jurisprudencia y doctrina relevante.
- Rigurosidad terminológica y comprensión del contexto legal de cada documento.
Esto se logra mediante formación especializada, ya sea a través de cursos, diplomados o estudios de posgrado en traducción jurídica o derecho para traductores. También es importante señalar que el aprendizaje autodidacta juega un papel fundamental, puesto que la curiosidad y la autodisciplina nos permitirá aprender un sinfín de contenido que tal vez en la enseñanza formal no logremos aprender. Una de las cualidades de un buen traductor, y sobre todo jurídico, radica en la curiosidad y capacidad de búsqueda e investigación de conceptos, términos y bagaje jurídico relevante.
¿Y si el traductor es también abogado?
Cuando un traductor posee además un título en derecho, puede tener una ventaja en la interpretación profunda de los textos legales. El combinar estas dos disciplinas le daría una visión completa y certera de, al menos, el sistema jurídico del país en donde estudió derecho.
¿Y si el abogado es también traductor?
Al igual que se detalló en el párrafo anterior, que un abogado sea traductor significará también una ventaja sustancial. No obstante, esto no garantiza automáticamente una buena traducción. La traducción jurídica requiere no solo conocimientos legales, sino también habilidades lingüísticas y dominio de técnicas de traducción profesional. Es por ello que un abogado que sepa un idioma determinado no quiere decir que dicho abogado tenga las competencias para realizar traducción jurídica .Esto es especialmente importante en casos en donde abogados saben otro idioma, pero no han estudiado traducción. Como se señaló previamente en este párrafo, la traducción requiere el desarrollo de habilidades lingüísticas y dominio de técnicas de traducción profesional, las que generalmente son adquiridas luego de la educación formal o profesional.
Conclusión
Si deseas adentrarte en el mundo de la traducción jurídica, no necesitas ser abogado para dedicarte a ello, pero sí debes ser un traductor profesional con formación jurídica. Esta especialidad exige compromiso, investigación, curiosidad y estudio constante. La precisión en este tipo de traducción puede tener consecuencias importantes, por lo que es esencial ejercerla con responsabilidad.